
Don't Panic
Pale Ale
Gravedad Final: 1.012 SG
Alcohol x Vol: 6 %
Amargor: 40 IBU
Color: 11 SRM
"En los remotos e inexplorados confines del arcaico extremo occidental de la Espiral de la Galaxia, brilla un pequeño y despreciable sol amarillento. En su órbita, a una distancia aproximada de ciento cincuenta millones de kilómetros gira un pequeño planeta totalmente insignificante de color azul verdoso, cuyos pobladores, descendientes de los simios, son tan asombrosamente primitivos que aún creen que los relojes digitales son una muy buena idea.
Ese planeta tiene o, mejor dicho, tenía el problema siguiente: la mayoría de sus habitantes eran desdichados durante casi todo el tiempo. Muchas soluciones se sugirieron para tal problema, pero la mayor parte de ellas se referían principalmente a los movimientos de unos papelitos verdes; cosa extraña, ya que los papelitos verdes no eran precisamente quienes se sentían desdichados. De manera que persistió el problema; muchos eran mezquinos, y la mayoría se sentían desgraciados, incluso los que poseían relojes digitales.
Cada vez eran más los que pensaban que, en primer lugar, habían cometido un grave error al bajar de los árboles. Y algunos afirmaban que incluso lo de los árboles había sido una mala movida, y que nadie debería haber dejado los océanos para empezar.
Entonces, un jueves, casi dos mil años después de que clavaran a un hombre a un árbol por decir cuán increíble sería, para variar, ser bueno con los demás, una muchacha sentada sola en un pequeño bar de Rickmansworth se dio cuenta de pronto lo que había ido mal hasta entonces, y supo por fin cómo el mundo podría convertirse en un lugar agradable y feliz. Esta vez era cierto, daría resultado, y no habría que clavar a nadie a ningún sitio.
Lamentablemente, sin embargo, antes de que pudiera llamar por teléfono para contárselo a alguien, ocurrió una catástrofe terrible y estúpida y la idea se perdió para siempre."
Douglas Adams, "La guía del viajero intergaláctico", 1979
Y así, mientras uno anda preocupado por cosas tan nimias y banales como el dinero para pagar la renta o lograr de una vez por todas y para siempre vivir de lo que le gusta, la Tierra sigue girando sin sentido ni razón aparente en el extremo de una galaxia espiralada en constante expansión y las levaduras dentro de ella siguen su curso inexorable de alimentación, multiplicación y muerte sin demasiados cuestionamientos. Así que, no tema. Abra una cerveza. Y, como recomienda la guía, tenga siempre a su alcance una toalla de mano. Nunca se sabe.
'Don't panic' es una pale ale de buen cuerpo y maltosidad, con un amargor pronunciado que no resulta invasivo y un aroma cítrico y tropical aportado por el lúpulo Galaxy, una variedad joven de origen australiano que tiene bien ganada su reputación entre los cerveceros artesanales.
Esta es una cerveza que refresca y aclara las ideas. Porque pocas otras cosas puede uno hacer mientras la bebe mas que pensar en por qué andar cuestionándose tanto habiendo cosas tan buenas en la vida.